viernes, 30 de enero de 2009

1 BACH. Los niños salvajes

Podéis encontrar la información, con fotos incluídas en estas páginas:
www.network-press.org/?victor_el_nino_salvaje_de_aveyron -
http://www.taringa.net/posts/info/1242639/Amala-Y-Kamala,-ni%C3%B1as-lobo.html

Aquí os he puesto algunos de los datos interesantes. Pueden ayudaros a hacer el trabajo sobre la película El salvaje de Aveyron. Si os météis en la página de feralchildren encontraréis cosas muy interesantes.Problema: en inglés. Es un buen mometno para practicar. He colocado el trabajo sobre la película al final de este documento.


LOS NIÑOS SALVAJES
Si historias de este tipo os apasionan, en la web www.feralchildren.com (en inglés) hay un largo listado de niños con historias similares, criados con animales o aislados de uno u otro modo de la sociedad.
Uno de los casos más famosos de niños salvajes constituye a su vez una excepción. Las niñas no suelen sobrevivir al abandono ni al tutelaje de los animales.
Se clasifica a los niños salvajes en dos grupos: 1. Los que han subsistido sin ningún trato o relación especial con hombres o animales. El ejemplo más significativo sería Víctor de Aveyron. 2. Los que han sido criados, y por tanto educados, por animales. Este es el caso de Kamala y Amala que fueron protegidas y aceptadas en una manada de lobos.
La historia de estas niñas empieza en 1920, cuando un misionero llamado J.A.L. Sing, que se encontraba a las afueras de Midnapore fue informado por un nativo horrorizado que había un fantasma en el bosque, y que era necesario hacer un exorcismo. Cuando Singh fue a investigar lo que ocurría, acabó descubriendo a dos niñas desnutridas y salvajes en la madriguera de unos lobos en un nido de termitas, a quienes la madre loba defendía como si fueran sus cachorros. Aunque Singh dudó en qué hacer, antes de que pudiera decidir los nativos mataron a la loba y capturaron a las dos pequeñas. De hecho le costó acalorados discursos desde el púlpito para evitar que las niñas fueran también tiroteadas.
Kamala era la mayor. Tenía 6 años y su hermana Amala tan solo 3. Separadas así de su entorno "familiar" solamente se tenían la una a la otra, considerando hostil cualquier otro ser humano que se las acercara.En los primeros meses, las pequeñas eran sumamente agresivas y peligrosas : arañaban, mordían y atacaban como bestias a quienes se le acercasen.
Tenían las mandíbulas afiladas y los caninos más largos de lo habitual; los ojos les brillaban en la noche y veían mejor que nadie en la oscuridad, así como su sentido del olfato estaba especialmente desarrollado. Tampoco sabían llorar o reír, ni tenían, aparentemente, ningún sentimiento humano. Se constató que no parecía haber vínculos familiares entre las dos, lo que llevaba a la sorprendente conclusión que la loba las había recogido en diferentes situaciones.
Su adaptación fue tan difícil que el reverendo Singh se llegó a preguntar si no hubiese sido mejor dejarlas en el bosque.
Tan solo 1 año después de su ingreso en el orfanato, la pequeña Amala enfermó y murió de disentería.
Cuando Amala falleció, se vio a Kamala llorar (además, se la tuvo que separar por la fuerza del ataúd de su "hermana"). Pasó las semanas siguientes refugiada en una esquina y aullando en las noches.
A partir de entonces Kamala se mostró más sociable. En la foto puede vérsela tomando comida de la mujer del reverendo, a la que también permitó que la tocara y la besara ocasionalmente. Como resultado de la educación recibida, Kamala mostró algún tipo de progreso, por ejemplo, aprendió los conceptos elementales de cantidad, empezó a andar por si misma y adquirió un vocabulario de unas cuarenta palabras monosílabas. Estas se referían únicamente a objetos de importancia vital y concreta. Esto es todo lo que se pudo conseguir hasta la muerte de Karnala, al cabo de nueve años de estar viviendo allí
En 1929 contrajo la fiebre tifoidea y murió tras dos meses de enfermedad. Fue enterrada junto a Amala en el cementerio cristiano de St.John. Es una historia sin final feliz, como muchas otras que acontecen cada día. Enlace de interés: http://www.feralchildren.com/en/index.php Página en inglés dedicada a los niños salvajes.Los casos de niños salvajes están presentes en la historia de la humanidad incluso antes de que Rómulo y Remo fuesen amamantados por una loba. Un niño salvaje o niño feral es una persona que ha vivido apartada de la sociedad durante un largo período de su infancia.Según las características en las que estos niños han estado aislados de la sociedad, se clasifican en tres categorías: La primera agrupa aquellas personas que han podido subsistir solos como el caso de Víctor de Aveyron, Francia. En un segundo grupo, estarían aquellos que fueron criados y alimentados por animales salvajes como el famoso caso de las hermanas Amala y Kamala quienes supuestamente fueron criadas por lobos o la niña ucraniana Oxana Malaya, que fue criada por perros hasta la edad de 8 años (en la década del noventa). Y finalmente estarían aquellos niños que han sido encerrados o aislados de la sociedad por sus padres o la persona que debería haberlos cuidado; Un caso bastante conocido de ésta tipología, es el de Kaspar Hauser de Núremberg, Alemania; Un niño encontrado en 1828 que había vivido encadenado en un zulo
A lo largo de la historia, se ha conocido una gran cantidad de casos que fueron estudiados por su interés sociológico, médico y lingüístico.
Hay registro de niños criados presuntamente por animales, sobre todo por lobos, aunque también por osos, monos o gacelas. A lo largo de la literatura nos encontramos con muchas referencias a este fenómeno, desde el caso de la loba que amamantó a Rómulo y a Remo, fundadores de Roma según la mitología, hasta la historia de Tarzán de Edgar Rice Burroughs o de Mowgli en El libro de la selva de Rudyard Kipling.
El problema de los “Niños Salvajes” radica, en que luego de que los niños han pasado por esta experiencia, muchos de ellos se mantienen en ese estado salvaje hasta el fin de sus días, es decir, les es imposible ingresar nuevamente a la sociedad, vivir como hombre, aprender un idioma, vestirse, etcétera, hecho que dificulta la obtención de la adecuada información para el posterior estudio de este complicado hecho.
Las hermanas Amala y Kamala
Uno de los casos más resonantes en la prensa, ocurrió en la India, en el caso de las supuestas hermanas Amala y Kamala, de quienes se dice fueron criadas por lobos. Las niñas dormían juntas, aullaban, comían carne cruda, usaban sus uñas y dientes para su defensa personal, y además, según testigos, poseían un olfato extraordinario además de tener la habilidad de ver en la oscuridad.La historia de estas niñas empieza en 1920, cuando un misionero llamado J.A.L. Sing, que se encontraba a las afueras de Midnapore fue informado por un nativo horrorizado que había un fantasma en el bosque, y que era necesario hacer un exorcismo. Cuando Singh fue a investigar lo que ocurría, acabó descubriendo a dos niñas desnutridas y salvajes en la madriguera de unos lobos en un nido de termitas, a quienes la madre loba defendía como si fueran sus cachorros.Se constató que no parecía haber vínculos familiares entre las dos, lo que llevaba a la sorprendente conclusión que la loba las había recogido en diferentes situaciones.Tan solo 1 año después de su ingreso en el orfanato, la pequeña Amala enfermó y murió de disentería.Cuando Amala falleció, se vio a Kamala llorar (además, se la tuvo que separar por la fuerza del ataúd de su “hermana”). Pasó las semanas siguientes refugiada en una esquina y aullando en las noches.Como resultado de la educación recibida, Kamala mostró algún tipo de progreso, por ejemplo, aprendió los conceptos elementales de cantidad, empezó a andar por si misma y adquirió un vocabulario de unas cuarenta palabras monosílabas. Estas se referían únicamente a objetos de importancia vital y concreta.En 1929 contrajo la fiebre tifoidea y murió tras dos meses de enfermedad. Fue enterrada junto a Amala en el cementerio cristiano de St.John.
EL caso de Víctor de Aveyron.
El 18 de Enero de 1800, un niño desnudo, con la cara y las manos llenas de cicatrices, apareció en las afueras de Saint-Sernin en la escasamente poblada provincia de Aveyron en la parte sur central de Francia. El chico, que sólo medía 1.35 mts, pero aparentaba tener 12 años, había sido visto varias veces durante los dos años y medio anteriores, trepando los árboles, corriendo en cuatro pies, bebiendo en los arroyos y buscando afanosamente bellotas y raíces. Había sido capturado dos veces, pero había escapado. Entonces, en el inusualmente frío invierno de 1799-1800, comenzó a aparecer en las granjas en busca de alimento y finalmente fue capturado.
Jean-Marc-Gaspard Itard, un médico de 26 años, fue el encargado de llevar todo el proceso de estudio y educación de Víctor. Los métodos que Itard utilizó, con base a los principios de imitación, lograron un progreso notorio: Víctor aprendió los nombres de muchos objetos y pudo leer y escribir frases simples, expresar deseos, seguir órdenes e intercambiar ideas. Sin embargo, aparte de algunos sonidos vocálicos y consonánticos, nunca aprendió a hablar, Además, se mantenía totalmente centrado en sus necesidades y deseos y, como lo admitió Itard en su informe final, nunca pareció perder su vivo anhelo “por la libertad del campo abierto y su indiferencia a la mayoría de los placeres de la vida social”
Víctor murió en 1828 cuando tenía alrededor de 40 años. Un informe elaborado por quienes se encargaron de su educación no destacaba ninguna mejora de su situación.
John Ssabunnya; El verdadero Tarzán.
El caso de John Ssabunnya, es uno de los más importantes debido a que es el único que ha aprendido un lenguaje y ha podido comunicarse con otros hombrevs luego de su terrible experiencia.
Se sabe que el niño nació en Uganda, hace aproximadamente 15 años, y al igual que la historia de Tarzán, fue criado por monos en la selva africana. Y si bien es cierto, el niño tienen aún terribles problemas para el aprendizaje, ha podido entablar comunicación con diversos investigadores a quienes les ha confirmado que los monos lo cuidaban y protegían, que incluso decía, jugaba con ellos y convivía con ellos, en paz
No obstante, muchos indican que la experiencia de John puede haber sido una mala interpretación del recuerdo infantil. Indican por ejemplo, que cuando John asegura que los monos lo alimentaban puede ser una mala interpretación que el niño haya hecho de su realidad, también resulta curioso por ejemplo, que el niño no haya acicalado a los simios o viceversa, lo que indica que no era considerado como un miembro de esta comunidad simiesca, para los especialistas, el niño puede ser que haya vivido con los monos, pero esto no quiere decir que los monos lo hayan criado.
Actualmente, John tiene 15 años de edad, tienen unos padres adoptivos quienes lo crían con paciencia, asiste a una escuela en donde está aprendiendo a leer, a escribir e incluso pertenece a un coro pues según dicen, posee una buena potencia vocal. El “verdadero Tarzán”, como es llamado Ssabunnya ha logrado pues adaptarse a la vida de la comunidad a donde pertenece y se espera que una vez que haya logrado su total adaptación pueda hablarnos más, sin misticismo ni fantasía, su verdadera historia.
El enigma de Kaspar Hauser.
Desafortunadamente existen casos en los que son otros seres humanos los que por enigmáticas razones son los responsables directos del aislamiento. Una deficiencia intelectual severa de los padres o su inhabilidad física pueden hacer que no se ocupen de sus hijos, aunque a veces los padres o tutores de estos niños no parecen tener ningún tipo de tara. Un caso muy conocido es el de Kaspar Hauser de Núremberg, Alemania; un niño encontrado en 1828 que había vivido encadenado en un zulo. A los 16 años mostraba una conducta totalmente pueril y problemas de entendimiento, contestaba a todas las preguntas que se le hacían con un woiß nit (no sé). Hay una película basada en la historia de este chico: El enigma de Kaspar Hauser de Werner Herzog, 1974.
Otro caso muy bien documentado es el de Genie Wiley, una niña de Los Angeles que fue hallada en 1970, después de sufrir una infancia de encierro y abuso.
El caso de Elisabeth Fritzl.
Más recientemente en Austria, el caso de Josef Fritzl (El Monstruo de Amstetten), estremeció la opinión pública. En 1984 encerró a su hija Elisabeth de 18 años, en el sótano de la casa en la que vivía con su mujer. Elisabeth, que hoy tiene 42 años, pasó más de la mitad de su vida en una cárcel sin ventanas, en el sótano del hogar de los Fritzl. Durante años, el viejo electricista que oficiara de “carcelero” de su propia hija mantuvo una doble vida, con sus dos familias: Una pública con su mujer Rosemarie, con la que tenía otros seis hijos, además de los tres niños de Elisabeth, fruto de la relación incestuosa a la que la había sometido. La otra bajo tierra, con Elisabeth y los tres hijos-nietos que seguían encerrados. [Leer más sobre el caso Fritzl].
Las investigaciones más recientes sobre el lenguaje indican que la edad para aprender a hablar es hasta los 12 años, si a esa edad alguien no ha aprendido a hablar ya no lo hara nunca. La imposibilidad de tener un idioma que permita cambiar opiniones o información es lo que hace que esos niños salvajes ignoren conceptos que para la sociedad actual son fundamentales.

EL PEQUEÑO SALVAJE

Francia, 1960, 85 minutos, B/N
Director: François Truffaut
Fotografía: Néstor Almendros
Intérpretes : Jean Pierre Leaud, François Truffaut


La película está basada en un hecho real. Un niño salvaje fue encontrado en los bosques franceses de Aveyron. Vivió como un animal salvaje y libre durante su primera infancia y a una edad aproximada de 8 años fue capturado y se convirtió en un ser maltratado, rechazado e incomprendido, como un fenómeno inhumano. El doctor Tirad tuvo noticias de su existencia y pidió su custodia para dedicarse a su educación y mostrar a la comunidad científica que sería capaz de aprender. El niño aprende pero pervive en el deseo de recuperar su vida salvaje que se alterna con la satisfacción de su nueva vida “civilizada”

No es el primer caso documentado de niños salvajes. La mayoría de ellos parecen haber sido criados por animales, ya que presentan características de los mismos. El caso conocido más antiguo data de 1344. En Alemania se encontró un niño salvaje que corría a cuatro partas y que vivía en una cueva con lobos. También en 1666 se encontró un niño_ oso, posteriormente en 1762 un niño – oveja. Más cercanos en el tiempo, dos niñas- lobo fueron encontradas en Midnapore. En 1981 se descubrió una niña portuguesa que había sido ocultada y abandonada por su familia en un gallinero
Todos ellos poseían características comunes: insensibilidad al frío o al calor, miedo a los humanos y preferencia por la vida junto a animales de la especie con la que fueron criados, se alimentaban exclusivamente de lo mismo que la especie que los acogió, se negaban a ser vestidos o a ser “ encerrados” en casas, intentaban escapar, eran incapaces de reconocer su reflejo en el espejo, tenían el sentido de la vista y el oído más aguzados y sin embargo no parecían prestar atención a estímulos humanos. Producían sonidos similares a los animales, olfateaban la comida y la preferían cruda, bebían a cuatro patas y dormían generalmente de día en cuevas, teniendo la visión nocturna más desarrollada. Enfermaban con frecuencia al entrar en contacto con los humanos y la mayoría no sobrevivieron.

No es de extrañar que el ser humano, criado desde una edad muy temprana, que nace con una estructura cerebral inactiva prácticamente, sólo se convierta en un humano cuando vive con humanos. Son estos los que activan su genoma. Un niño que no ha sido socializado no es un humano. No bastan los genes para obtener una herencia humana. El científico Dawkins inventó el concepto de meme para referirse a todos los hábitos, conductas, técnicas e inventos que los humanos adquirimos desde niños por imitación. Toda la información que nos suministra nuestra cultura es trasmitida en la socialización y si nos vemos privados de ella, no podemos adquirirla por nosotros mismos. La información cultural se trasmite de cerebro en cerebro, por enseñanza, por asimilación, por imitación y estos niños salvajes recibieron la de otra especie a la que acabaron asemejándose.

La película de Truffaut presenta dos visiones enfrentadas: por una parte la de los que, como Rousseau, defienden que la educación es necesaria para devenir humano; es decir, hacen más hincapié en el ambiente que en la herencia genética; por otra los que sostienen que las funciones mentales del hombre se desarrollan espontáneamente y que la educación es contingente, en suma los genetistas. Lo que sí es evidente es que el niño salvaje encontrado en Aveyron y protagonista de la película de Truffaut no se bastó a sí mismo, sus genes fueron insuficientes para hacerlo humano. Jean Itard, su educador nos muestra como la educación si bien no pudo convertirlo en un niño como los demás de su edad, al llevar un considerable retraso en la adquisición de conocimientos, si que pudo variar su conducta y permitirle dar muestras de su capacidad y de su inteligencia. De hecho Víctor es capaz de pronunciar palabras, escribirlas, comer, vestir y vivir como los humanos.
Jean Itard nació en 1774 en Francia. Fue médico y cirujano, pero cuando tuvo contacto con niños cuya educación requería medidas especiales, descubrió eran maltratados y pensó que con una buena educación se podría conseguir mucho más de ellos. En la película Jean discute con Pinel, quien considera que Víctor ha de ser encerrado en un hospicio y olvidado porque es imposible hacer de él un niño humano. Cree firmemente que al estar Víctor privado desde su infancia de educación, no se puede determinar el grado de su inteligencia y que necesita una intensa educación. Por ello se dedica a ello y cree que puede convertirlo en un humano normal. No considera que Víctor sea un retrasado mental. De hecho Víctor va dando muestras de inteligencia y de humanidad cada vez más asombrosas.
La película ha servido de pauta a muchos profesionales para iniciarse en el tratamiento de niños abandonados.
Tras haberla visto responde a las siguientes cuestiones:

_ Caracteriza a los personajes principales.
_ Compara el caso de Víctor con niños excluidos o marginados que puedan encontrarse en tu entorno o de los que hayas podido oír o investigar.
_ Describe el comportamiento de Víctor cuando vivía en el bosque y después compáralo con su situación al final de la película.
_ Explica los aspectos más importantes del proceso de aprendizaje de Víctor. ¿ Qué va aprendiendo y como? ¿ Qué muestra cada uno de sus sucesivos aprendizajes?
¿ Crees que Víctor se comporta del modo en que lo hace por causa de su aislamiento_ postura ambientalista o, por el contrario, crees que tiene algún tipo de retraso y eso explica su comportamiento atrasado_ postura genetista? Muestra las características de ambas posturas y razona cual es la que más te convence.
_ ¿ Crees que Víctor ganó una mejor vida cuando fue capturado o hubiera sido más feliz en el bosque?
_ Víctor sufre castigos, una educación dura y estresante, sufre en su nueva vida anhelando el bosque, el agua... pero toma una decisión final; prefiere quedarse con los humanos. ¿ Crees que valió la pena el esfuerzo que se tomó su maestro?

_ El comportamiento e Víctor puede ayudarnos a comprender casos de gente que se desvía de lo que consideramos normal. Piensa qué casos podrían ser un ejemplo de esto e intenta argumentar si las personas que manifiestan estos comportamientos anómalos son culpables de ellos, se les puede recriminar o hacer responsables de ellos o, por el contrario, son solo víctimas del ambiente en que han vivido y hay que enseñarles, reeducarlos, reconducirlos.




jueves, 29 de enero de 2009

TRABAJO VOLUNTARIO ÉTICA

Hola a todos. Esta vez os propongo el siguente trabajo:
Se trata de ver el video en You tube ( en la dirección http://mx.youtube.com/watch?v=DLV6jaZFLro&feature=related ). Está en inglés pero va subtitulado, así que no os preocupéis.
Una vez visto, podéis buscar información sobre el hecho, informaros bien y responer a la siguiente pregunta:
¿ La responsabilidad humana, se extiende sólo a sus contemporáneos o también a las generaciones futuras ? Refelxiona sobre este hecho y sobre si, realmente si los hombres dirigentes del momento en que se grabó esta conferencia huibiesen sido responsables, la situación actual sería la que es.

miércoles, 28 de enero de 2009

Tema HOMINIZACIÓN

MIRAD UNOS CUADROS SINÓPTICOS QUE OS PUEDEN SER ÚTILES.
podéis acceder a ellos desde Wikipedia y desde la página que os adjunto en el texto.


http://1eso.wordpress.com/2007/11/05/esquema-sobre-las-relaciones-de-parentesco-entre-los-simios-superiores/

http://docs.google.com/View?docid=dgs392d7_3044mwj3ssf

jueves, 8 de enero de 2009

Ética. Tema 4

TEMA 4

PRINCIPALES TEORÍAS ÉTICAS

1. Éticas materiales y éticas formales
2. Las éticas materiales: Sofistas, Sócrates, Platón y el utilitarismo.
3. Las éticas formales: Kant
ÉTICAS MATERIALES Y FORMALES
La distinción entre éticas materiales y formales procede de Kant. Según el filósofo las éticas materiales, anteriores a la suya, tenían como tarea fundamental señalar contenidos (bienes, fines, valores) y mostrar lo que debíamos hacer.
Lo importante es definir y determinar los valores, bienes o fines supremos para después extraer un criterio de moralidad. Hay cosas que están bien y cosas que están mal, por lo que se pueden establecer mandatos y acciones prohibidas.
El problema en este tipo de éticas es que es muy difícil ponerse de acuerdo en sus contenidos morales: para unos lo fundamental es conseguir el placer (hedonismo), para otros consiste en alcanzar la felicidad (eudemonismo), etc.
Kant apuesta por una ética radicalmente distinta: la ética formal. Ésta no nos señala ni hace depender el bien moral de ningún contenido, ni nos dice qué debemos hacer y qué no. La voluntad es autónoma frente a lo dado y la ética, lo único que puede indicarnos es que hemos de actuar con buena voluntad, por respeto a la ley moral (imperativo categórico).
Kant quiere fundar una ética de carácter racional y universal.
Una acción moralmente buena no es aquella que está regulada por inclinaciones emotivas, instintivas ni tampoco la que es determinada por los fines o resultados que de ella puedan derivarse. La acción será moralmente buena cuando la intención del sujeto lo sea, es decir, cuando este obre con buena voluntad, al margen de sus inclinaciones y deseos e independientemente de los resultados que espera obtener.La buena voluntad no pertenece al ámbito de los sentimientos o emociones, sino al reino de la razón: la voluntad es la capacidad de obrar según principios, y éstos no son dados más que por la razón.
La moral material determina a la voluntad a través de lo que se nos ofrece al deseo y sobre éste no puede haber acuerdo posible (unos desean placer, otros felicidad, algunos dinero, etc.). Por ello, las morales materiales no pueden ser universales, sino relativas. La ley moral se presenta en forma de imperativo, es decir, de obligación, orden. Hay dos clases de imperativos:
- Los imperativos hipotéticos: Son aquellos que declaran la acción como medio necesario para la consecución de un fin. Los hay de dos clases:
Problemáticos (prescriben lo que es necesario para un determinado fin) y asertóricos (prescriben lo que debe hacerse para la obtención de un fin aceptado supuestamente por toda la humanidad: la felicidad).
- Los imperativos categóricos son aquellos que no están sometidos a condición alguna, y son válidos a priori y por sí mismos. Representan la acción objetivamente necesaria en sí misma sin relación a ninguna finalidad o resultado.

Según Kant las éticas materiales están basadas en imperativos hipotéticos del tipo : si quieres Y, entonces debes hacer X.
Tales imperativos son empíricos, no necesarios ni universales. Empíricamente sólo pueden determinarse cuáles son los medios para alcanzar la felicidad (o el placer, etc.). Esto demuestra la impotencia de las éticas materiales para determinar a la voluntad de un modo necesario y universal. No contienen leyes, sino máximas, esto es, principios que sólo son válidos para una voluntad, para un sujeto particular.
En resumen: Si pretendemos que la moral ha de ser independiente de las apetencias, gustos y deseos particulares, ésta ha de fundamentar su universalismo no en los contenidos, como hacen las éticas materiales, sino en algún principio de la propia razón.
ÉTICA FORMAL
La ética formal defiende que un criterio meramente formal nos permite decir si una conducta es buena o mala, nos permite separar o delimitar las conductas buenas de las malas; este criterio consiste fijarse en posibilidad de universalización de la máxima. Kant distingue entre la forma y la materia de un mandato: la materia es lo mandado (por ejemplo, decir la verdad para el mandato "no se debe mentir"), y la forma, el modo de mandarlo (si se ha de cumplir siempre, algunas veces o nunca); aquellas máximas de conducta que cumplen el requisito formal de ser universalizables describen una acción buena, y aquellas máximas que no puedan ser universalizables describen una conducta mala; así, por ejemplo, la máxima de conducta según la cual cuando hago una promesa la hago con la intención de no cumplirla, es una máxima que describe una conducta mala pues si la universalizamos dejaría de tener sentido proponer y aceptar promesas.
Sus características son:
el deber por el deber: debemos intentar realizar la conducta que manda el imperativo moral, pero no porque con ella podamos conseguir algún bien relacionado con nuestra felicidad, sino exclusivamente por respeto a la ley (por deber). El cumplimiento del deber es tan importante que incluso lo he de elegir aunque su realización vaya en contra de mi felicidad y de la felicidad de las personas a las que quiero;
el carácter universal de la bondad o maldad de una acción: si una acción es mala, lo es bajo cualquier circunstancia; aceptar una excepción implicaría aceptar las condiciones del mundo en la determinación de la voluntad, y por lo tanto la heteronomía de la ley moral (si está mal mentir no vale ninguna mentira, ni la mentira piadosa ni la mentira como algo necesario para evitar un mal mayor).
KANT
Una ley práctica, para serlo, ha de cumplir con las características de necesidad y universalidad y objetividad para todo ser racional (para toda voluntad), independientemente de sus condiciones empíricas.
Por lo tanto, no son los contenidos (fines, propósitos, objetos...) los que determinan a la voluntad, sino su forma, la ley universal que nos dice cómo debe querer esa voluntad y no qué debe querer.
Pues bien, sólo el imperativo categórico puede determinar a la voluntad objetiva, universal y necesariamente. El imperativo categórico es el principio de la moralidad, la ley que proviene a priori de la razón y que nos muestra cómo debe querer la voluntad. Su formulación es la siguiente:
Obra sólo de acuerdo con la máxima por la cual puedas al mismo tiempo querer que se convierta en ley universal
La ley del imperativo categórico no necesita demostración alguna. Pese a ser un juicio sintético a priori de la razón, no procede, sin embargo, de ninguna intuición. Es un hecho (factum) de la razón. La voluntad se impone a sí misma esta ley sin depender de nada.
La voluntad es autónoma: el deber de cumplir el imperativo categórico se nos impone desde la propia razón, no desde fuera (naturaleza, dioses, inclinaciones, etc.).
Nuestra voluntad está determinada por su propia ley: una norma universal y necesaria para obrar. Y la existencia de esta ley es la que nos permite deducir la libertad de la voluntad. La libertad es necesaria si damos por hecho que la moralidad existe, es decir, es la condición sin la cual la moralidad no sería posible. Pues ¿Qué obligación tendría sentido si no hubiera un sujeto que libremente eligiera o no cumplir dicha obligación?

De acuerdo con la máxima de Kant “ Compórtate con los demás como quieras que ellos se comporten contigo”, indica si las siguientes conductas podrán convertirse en normas morales que puedan establecer lo que debemos o no hacer:
_ Un comerciante no cobra más caro a un comprador inexperto o a un cliente que no es habitual.
_ Un comerciante que no tiene un determinado producto que alguien le pide, encamina a este hacia otro establecimiento del que también es dueño pero está muy lejos de allí, en lugar de dirigirlo a otro establecimiento cercano, pero de la competencia.
_Una persona dedica parte de su tiempo a trabajar como voluntario en una organización humanitaria y de ayuda al tercer mundo.
_ Una persona se encuera en una situación apurada y necesita dinero. Lo pide prestado a un amigo prometiéndole que se lo devolverá. Sabe perfectamente que no podrá pagarle, pero también sabe que no le prestará nada si no es bajo la promesa de que se lo devolverá en un tiempo determinado. Por ello, está dispuesto a hacer una promesa que no puede cumplir.
_Una mujer está desesperada y decide quitarse la vida.
_ Un hombre que tiene buena capacidad par el estudio y podría con facilidad hacer una carrera, dado que además tiene una buena situación económica por rentas familiares, decide dedicarse a vivir cómodamente, haciendo lo que le apetezca.
A veces consideramos que podemos hacer cosas simplemente porque somos nosotros, porque si lo hace uno solo no importa, pero, ¿te has preguntado qué pasaría si todos pensaran lo mismo y todos lo hicieran? Por ejemplo.
Querer ser el primero en la cola del autobús/ llevarse de recuerdo los cubiertos del hotel/ colarse para sacar las entradas del cine/ cogerle una manzana de la caja al tendero de la esquina para probarla/ prometer lo que no vamos a cumplir/ encogerse de hombros y decir: ese es tu problema/ cruzar la calle por donde no hay paso de peatones/poner la radio del coche a todo volumen cuando vamos circulando con el/divertirse gastando bromas a los demás/jugar al fútbol en la hierba de un jardín público.
“En cambio, el único problema que necesita solución es, sin duda alguna, el de cómo sea posible el imperativo de la moralidad, porque éste no es hipotético y, por tanto, la necesidad representada objetivamente no puede asentarse en ninguna suposición previa, como en los imperativos hipotéticos. Sólo que no debe perderse de vista que no existe ejemplo alguno y, por tanto, manera alguna de decidir empíricamente si hay semejante imperativo; precisa recelar siempre que todos los que parecen categóricos puedan ser ocultamente hipotéticos. Así, por ejemplo, cuando se dice: “no debes prometer falsamente”, y se admite que la necesidad de tal omisión no es un mero consejo encaminado a evitar un mal mayor, como sería si se dijese: “no debes prometer falsamente, no vayas a perder tu crédito al ser descubierto”, sino que se afirma que una acción de esta especie tiene que considerarse como mala en sí misma, entonces es categórico el imperativo de la prohibición. Mas no se puede en ningún ejemplo mostrar con seguridad que la voluntad aquí se determina sin ningún otro motor y sólo por la ley, aunque así lo parezca, pues siempre es posible que en secreto tenga influjo sobre la voluntad el temor de la vergüenza, o acaso también el recelo oscuro de otros peligros. ¿Quien puede demostrar la no existencia de una causa, por la experiencia, cuando ésta no nos enseña nada más sino que no percibimos la tal causa?”
I. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Capítulo segundo. Ed. Espasa-Calpe, Colección Austral, Madrid

ÉTICAS MATERIALES

Las éticas materiales se caracterizan por los dos rasgos siguientes:
presentan un objeto, propiedad o estado de cosas como un Bien Supremo (el pla­cer, el dinero, el poder, la felicidad, la contemplación de Dios....);
declaran como buenas aquellas conductas o acciones que permiten la realización del Bien Supremo y como malas aquellas conductas o acciones que nos alejan del Bien Supremo.
Estas éticas sólo pueden describir los mandatos como preceptos necesarios para la realización de algo considerado como bueno. El carácter de bien que tiene lo considerado Bien Supremo le viene dado por su dependencia con nuestra facultad de desear, y por tanto por el egoísmo.
No hay que confundir ética material con ética materialista; la ética materialista es aquella que identifica el Bien Supremo con un bien material (el dinero, los placeres sensibles, por ejemplo); lo contrario de una ética material es una ética formal.
Las tres críticas fundamentales que hace Kant a las éticas materiales son:
las éticas materiales son empíricas;
sus preceptos son hipotéticos o condicionales, y
son heterónomas.
y se resumen en la tesis de que las éticas materiales no pueden explicar la existencia de mandatos absolutos (los imperativos categóricos) ni la existencia de libertad, característica fundamental de la conducta moral.
ÉTICAS MATERIALES. EPICURO
La ética es la culminación del sistema filosófico de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la felicidad, basada en la autonomía y la tranquilidad del ánimo o ataraxia. En la medida en la que la felicidad es el objetivo de todo ser humano, la filosofía es una actividad que cualquier persona, independientemente de sus características (edad, condición social, etc.) puede y debe realizar.
Para exponer la ética de Epicuro podemos fijarnos en dos grandes bloques. Por un lado todo aquello que su filosofía pretende evitar, que es, en definitiva, el miedo en sus diversos modos y maneras, y por otro lado, aquello que se persigue por considerarse bueno y valioso.
La lucha contra las diversos miedos que atenazan y paralizan al ser humano es parte fundamental de la filosofía de Epicuro; no en vano, ésta ha sido designada como el "tetrafármaco" o medicina contra los cuatro miedos más generales y significativos: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del bien:
El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de amistad.
¿Qué criterios emplearías para tomar una decisión en los siguientes casos?
_ Comprarte una moto/ elegir un libro de lectura para el verano/ salir o no un fin de semana/ comprar leche en un supermercado/ elegir el delegado Det. Curso/ volver a hacer las paces con tu novio/a / ir el domingo al fútbol o a un concierto de rock/ da el premio al mejor video presentado en el instituto.
¿ Qué dirías que son los criterios morales?
ÉTICAS MATERIALES .Estoicismo
La filosofía del estoicismo se desarrolló en torno al 300 a.C. durante los periodos helenístico y romano. En Grecia los principales filósofos estoicos fueron Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo de Soli. En Roma el estoicismo resultó ser la más popular de las filosofías griegas y Cicerón fue, entre los romanos ilustres, uno de los que cayó bajo su influencia. Sus principales representantes durante el periodo romano fueron el filósofo griego Epicteto y el emperador y pensador romano Marco Aurelio. Según los estoicos, la naturaleza es ordenada y racional, y sólo puede ser buena una vida llevada en armonía con la naturaleza. Los filósofos estoicos, sin embargo, también se mostraban de acuerdo en que como la vida está influenciada por circunstancias materiales el individuo tendría que intentar ser todo lo independiente posible de tales condicionamientos. La práctica de algunas virtudes cardinales, como la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, permite alcanzar la independencia conforme el espíritu del lema de los estoicos, "Aguanta y renuncia". De ahí, que la palabra estoico haya llegado a significar fortaleza frente a la dificultad.

ÉTICAS MATERIALES SÓCRATES

El ambiente cultural y las preocupaciones de Sócrates son las mismas que de los sofistas. Pero más allá de una crítica [a lo establecido] tan radical como fuera la de los demás sofistas, domina en él su absoluto empeño por "buscar la verdad", convencido de su existencia y de la posibilidad de alcanzarla.

A esta tarea convoca a sus conciudadanos y particularmente a los más jóvenes, a los que insta a que indaguen por sí mismos la verdad en torno a la condición humana.

Para Sócrates el saber fundamental es el saber acerca del hombre. La tarea más importante de cada uno es el cuidado del alma, y la del político, hacer mejores a los ciudadanos. El saber que defiende es, pues, ante todo, moral o práctico y, además, universal. Se trata de conocer para poder obrar bien. Sostiene que en el conocimiento está el secreto de la actuación moral. El conocimiento es virtud, el vicio es la ignorancia, y el remedio está en que la virtud puede ser enseñada. Cuando el hombre conoce el bien, obra con rectitud: nadie se equivoca a sabiendas. La causa de que los hombres obren mal no está en una debilidad sino en un error intelectual: juzgan como bueno o conveniente lo que no es tal.

Por esta razón invita a cada uno a preguntarse sobre qué‚ sea el bien, en la confianza de que –sin necesidad de "molestar a los dioses"– la razón que anida en cada uno puede alumbrar ese conocimiento. Esta búsqueda le da al hombre su felicidad.

Establece así esta secuencia:

–Conocer. ¿Para qué? –Para obrar bien.
–Obrar bien. ¿Para qué? –Para ser feliz.
–El sabio es feliz.

También Sócrates, como los demás sofistas, es crítico con lo establecido. No se trata de aceptar los valores tradicionalmente admitidos o las opiniones establecidas aunque sean las de la mayoría.

Es preciso buscar lo que las cosas son y, en concreto, qué sea la justicia, la virtud o el bien. Paradójicamente admite con los sofistas que la virtud puede enseñarse, pero no admite que haya maestros, porque el conocimiento se encuentra en nosotros y sólo se necesita un método adecuado –que desde luego no es la retórica– para sacarlo a luz.

Lo importante es buscar lo auténtico por uno mismo; sólo el individuo autónomo puede dar razón de sus actos, estableciendo así la prioridad de la "razón" (conciencia) como instancia última moral, culminando y superando, de esa manera, la crítica sofística y el relativismo moral, porque no se puede separar lo que es bueno para uno de lo que es bueno sin más.

La virtud es conocimiento. Al considerar que todas las virtudes morales son formas de conocimiento, Sócrates entiende que seríamos justos si conociéramos la justicia, porque no interesa un saber teórico sino práctico, porque no queremos, en último término, saber qué es la justicia sino "ser justos", o que cosa sea la valentía, sino "ser valientes".
ÉTICAS MATERIALES. PLATÓN
Según Platón, el bien es un La areté es conocimiento
Como los sofistas, hablaba y enseñaba sobre la areté, pero mientras los sofistas decían que no podemos conocer nada Sócrates enseñaba que la areté era conocimiento. Si el zapatero quería ser buen zapatero (tener la areté del zapatero) debía conocer primero qué es un zapato, para qué se usa, cuál es su fin, el propósito que tiene el hombre cuando lo usa; conocido esto, hay que pensar qué forma debe tener el zapato y de qué materiales debe estar hecho; conocido esto, hay que pensar cuál es el mejor método de fabricarlo, qué habilidades hay que desarrollar para hacerlo bien. Cuando se tienen todos estos conocimientos y se han conseguido las habilidades requeridas, se tiene la areté del zapatero. Hoy decimos que tal persona "entiende de zapatería" o "entiende de electricidad" y lo que está en nuestras mentes es lo que estaba en la de Sócrates cuando enseñaba que la areté era conocimiento.
Con el ejemplo de los oficios útiles y cotidianos enseñaba que la areté de cualquier actividad o posición comienza por conocer su fin, su propósito.
Ahora bien, si se trata de la areté de todo hombre –de la que pretendían ser maestros los sofistas– Sócrates insistía que había que comenzar por el conocimiento del fin o propósito del hombre –no como general o político o panadero– sino simplemente como hombre, e invitaba a los que conversaban con él a pensar juntos cuál es el objeto del ser humano.
Sócrates no contestó él mismo a esa pregunta, pero su gran mérito estriba en haber hecho que los hombres se la hicieran y en motivarlos a tratar de responderla en la creencia de que era posible darle respuesta. Platón no sólo escribió las enseñanzas de su maestro sino las hizo avanzar por cuenta propia.
Tan convencido estaba Sócrates de que la areté era conocimiento que le parecía evidente que si los hombres llegaban a entender qué era el bien o lo justo escogerían el bien y lo justo. Nadie escogería conscientemente el mal. Los que escogen el mal lo hacen por ignorancia. Si un panadero hace mal pan es porque no sabe hacer pan y no porque quiere hacer mal pan.
El método para alcanzar la verdad
El alma humana está compuesta por tres elementos —el intelecto, la voluntad y la emoción— cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.
La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto una persona buena.
ÉTICAS MATERIALES. ARISTÓTELES
Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la felicidad como la meta de la vida. En su principal obra sobre esta materia, Ética a Nicómaco (finales del siglo IV a.C.), definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad pero no es su fin primordial. La felicidad resulta del único atributo humano de la razón, y funciona en armonía con las facultades humanas. Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y la emoción, como el valor. Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el principio de moderación, y han de ser flexibles debido a las diferencias entre la gente y a otros factores condicionantes. Por ejemplo, lo que uno puede comer depende del tamaño, la edad y la ocupación. En general, Aristóteles define el término medio como el estado virtuoso entre los dos extremos de exceso e insuficiencia; así, la generosidad, una virtud, es el punto medio entre el despilfarro y la tacañería. Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son sólo medios destinados a la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del potencial humano.
Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún fin (telos). El fin de la actividad de un zapatero es hacer, producir un zapato bien hecho; El fin de la medicina es procurar o restablecer la salud del enfermo, etc.
Vemos que los fines no son idénticos ya que dependen de la actividad que se lleve a cabo para obtenerlos. Las actividades tampoco son iguales. Aristóteles distingue entre la praxis, que es una acción inmanente que lleva en sí misma su propio fin, y la poiésis, que es la producción de una obra exterior al sujeto (agente) que la realiza.
Por ejemplo, el fin de la acción de construir una estatua no es la propia producción de la estatua, sino la estatua misma. Pero ésta, además, tiene un fin para lo cual la estatua misma es un medio: conmemorar un hecho, venerar a un dios....
Así, vemos que unos fines se subordinan a otros, existiendo una jerarquía entre ellos y en las actividades que los producen. Por lo tanto, habrá que determinar cúal es el fin último del hombre al que estarán subordinados los otros fines. Habrá que buscar un fin que ya no sea medio para ningún otro fin.
[Aristóteles presupone la unidad del fin y del bien, no llegando a considerar en ningún momento la posibilidad de un conflicto entre fines morales. Además, su teleologismo identifica el fin al que algo tiende con el bien, ya que el bien de algo es llevar a buen término el fin que tiene que cumplir, la realización de su esencia y de sus potencialidades.]
Tiene que haber un fin último, querido por sí mismo y que sea el fundamento de todos los demás. Si esto no sucediera, y los fines siempre fueran medios para otros fines, y así hasta el infinito, nos encontraríamos con la paradoja de que los fines son fines de nada, lo cual les haría absurdos e innecesarios (ineficaces). Y como, de hecho, hay fines, por lo tanto, debe haber uno que sea fin en sí mismo y no sea medio para ningún otro.
Este fin último o bien es "la felicidad" (eudaimonía), y por eso, se dice que la ética aristotélica es eudemonista, porque considera que el fin (bien) último que persigue el hombre es la felicidad.
Ahora nos encontramos con el problema de definir qué sea la felicidad y qué es lo que la procura.
Para unos, la felicidad se alcanza con riquezas; para otros con honores y fama; otros muchos creen obtenerla a través del placer.Sin embargo, dice Aristóteles, todos estos no son más que bienes externos que no son perseguidos por sí mismos, sino por ser medios para alcanzar la felicidad. Es ésta la única que se basta a sí misma para ser: es autárquica y perfecta. Los demás bienes externos se buscan porque pueden acercarnos más a la felicidad, aunque su posesión no implica que seamos felices.
Tampoco esto significa que el bien sea trascendente al hombre; es decir, que se trate de un Bien en sí, separado de todos los bienes particulares. Aristóteles rechazará la concepción platónica del Bien, aquélla que ignora que sólo es posible realizar el bien en situaciones concretas y particulares, y nunca iguales:
"No es la salud lo que considera el médico, sino la salud del hombre y, acaso mejor, la salud de tal hombre, porque es al individuo a quien cura"

Por lo tanto, pese a que no haya un acuerdo entre los hombres acerca de qué proporciona la felicidad como bien último del hombre, la ética ha de dedicarse a dilucidar qué clases de bienes hay. Según Aristóteles, podemos dividirlos en tres tipos:
1. bienes externos: riqueza, honores, fama, poder...2. Bienes del cuerpo: salud, placer, integridad... 3. Bienes del alma : la contemplación, la sabiduría...
No por poseer riquezas garantizamos nuestra felicidad. Tampoco solamente la consecución del placer nos hace felices. Normalmente necesitamos algo más para serlo y en eso nos distinguimos de los animales. Aunque estos bienes particulares no basten, sin embargo ayudan. En esto Aristóteles mantiene una postura moral bastante desmitificada y realista : el bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes exteriores (salud, riqueza, etc.) la felicidad será casi imposible de alcanzar.
Entonces ¿En qué consiste la felicidad (eudaimonía)?
Si es el bien supremo, aquel que ya no es medio para ningún otro fin, habrá que determinar en qué consiste el bien para cada ser. El bien es el acto (energéia) propio de cada ser, es decir; aquel que viene determinado por su propia esencia o naturaleza. Y puesto que la naturaleza del hombre viene determinada por la función específica de su alma, el pensamiento, la felicidad consistirá fundamentalmente en un bien del alma: la contemplación.El mayor bien para un hombre será el pleno desarrollo de aquello que le es más esencial: la inteligencia; la actividad contemplativa. Será la virtud de la sabiduría la que le procure al hombre la verdadera felicidad, aunque deba conjugarla con otras virtudes y con los bienes exteriores.
.La virtud no es innata al hombre, como lo son las pasiones, instintos o tendencias. Si fueran propias de nuestra naturaleza, todos seríamos virtuosos por el mero hecho de ser hombres, y esto, desde luego, no ocurre. pero aunque no es un don de la naturaleza, la virtud tampoco es una ciencia, como sostenían los socráticos y Platón. No por conocer qué es el bien o qué es la justicia somos buenos o justos. No realizamos la templanza por el mero hecho de tener conocimiento sobre qué sea ella.
La virtud implica voluntad, obrar a sabiendas, con conciencia. No pertenece ésta sólo al orden del lógos, sino también e inevitablemente al ethos, la costumbre, el hábito.
Las virtudes se adquieren a través de la costumbre, el ejercicio y el hábito. Nos acostumbramos a algo cuando repetidamente obramos de tal manera que se convierte en un hábito de nuestra conducta. No podremos ser justos sólo conociendo qué es la justicia. Debemos ejercitarla y a practicarla hasta convertirla en un hábito de nuestro comportamiento. Únicamente practicando la justicia, se puede llegar a serlo.
La virtud implica también una cierta medida, un cierto orden entre el exceso y el defecto. Aristóteles intenta objetivar la virtud: ésta ha de situarse en un término medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto.Así, el valor es un medio entre la cobardía y la temeridad, y la generosidad será el justo medio entre la prodigalidad (exceso) y la avaricia (defecto).
La virtud introduce el equilibrio, la mesura y no la mediocridad. Pero ¿Cómo definir el justo medio? ¿Hay una medida objetiva e impersonal o ha de definirse en función de cada individuo y situación?
¿Todas las cóleras son injustas y viciosas? ¿Podría haber alguna cólera justa?
Según Aristóteles no hay una medida impersonal para definir en cada situación el justo medio. Cada hombre debe ser juez tal y como lo haría siempre un hombre sabio y prudente.
"La virtud es una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a nosotros, el cual está determinado por la regulación recta tal y como lo determinaría el hombre prudente"

Por consiguiente la felicidad es una cosa definitiva, perfecta y que se basta a sí misma, puesto que es el fin de todos los actos posibles del hombre. Pero quizá, aun conviniendo con nosotros en que la felicidad es, sin contradicción, el mayor de los bienes, el bien supremo, habrá quién desee conocer mejor su naturaleza. El medio más seguro de alcanzar esa completa noción es saber cual es la obra propia del hombre. Así como para el músico, para el estatutario, para todo artista y, en general para todos los que producen alguna obra y funcionan de una manera cualquiera, el bien y la perfección están, al parecer, en la obra especial que realizan; en igual forma, el hombre debe encontrar el bien en la obra propia, si es que hay una obra especial que el hombre deba realizar…Vivir es una función común al hombre y a las plantas…enseguida viene la vida de la sensibilidad, pero esta se muestra igualmente en otros seres, el caballo, el buey y en Bernal, en todo animal, lo mismo que en el hombre. Resta pues la vida de todo ser dotado de razón pero en este ser debe distinguirse la parte que no hace más que obedecer a la razón y a la parte que posee directamente la razón y se sirve de ella para pensar…Y así, lo propio del hombre será el acto del alma conforme a la razón, o por lo menos, el acto del alma que no puede realizarse sin razón. Aristóteles. Ética a Nicómaco
Si la felicidad sólo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural que este acto sea conforme con la virtud más elevada, es decir, la virtud de la parte mejor de nuestro ser. Y ya sea ésta el entendimiento u otra parte, que según las leyes de la naturaleza parezca hecha para mandar y dirigir y para tener conocimiento de las cosas verdaderamente bellas y divinas; o ya sea algo divino que hay en nosotros, o por lo menos lo que haya más divino en todo lo que existe en el interior del hombre, siempre resulta que el acto de esta parte conforme a su virtud propia debe ser la felicidad perfecta, y ya hemos dicho que este acto es el del pensamiento y el de la contemplación. Esta teoría concuerda exactamente con los principios que anteriormente hemos sentado y con la verdad. Por lo pronto, este acto es, sin contradicción, el mejor acto, puesto que el entendimiento es lo más precioso que existe en nosotros y la cosa más preciosa entre todas las que son accesibles al conocimiento del entendimiento mismo. Además, este acto es aquel cuya continuidad podemos sostener mejor; porque podemos pensar durante muchísimo más tiempo que podemos hacer ninguna otra cosa, cualquiera que ella sea. Por otra parte, creemos que el placer debe mezclarse con la felicidad; y de todos los actos que son conformes con la virtud, el que nos encanta y nos agrada más según opinión de todo el mundo, es el ejercicio de la sabiduría y de la ciencia. Los placeres que proporciona la filosofía son, al parecer, admirables por su pureza y por su certidumbre; y ésta es la causa por qué procura mil veces más felicidad el saber que el buscar la ciencia. Esta independencia, de que tanto se habla, se encuentra principalmente en la vida intelectual y contemplativa.” Aristóteles, Ética a Nicómaco, libro X, capítulo VII, ed. Espasa-Calpe, Madrid 1978, pp. 325-326.
ÉTICAS MATERIALES. UTILITARISMO
El utilitarismo es un marco teórico para la moralidad, basado en una maximización cuantitativa de consecuencias buenas para una población. La moralidad de cualquier acción o ley viene definida por su utilidad para la humanidad. Utilidad es una palabra que significa las consecuencias positivas que deben estar maximizadas. Estas consecuencias usualmente incluyen felicidad o satisfacción de las preferencias. El utilitarismo es a veces resumido como "el máximo bienestar para el máximo número de personas".
El utilitarismo comenzó con las filosofías de Jeremy Bentham y John Stuart Mill .Jeremy Bentham desarrolló su sistema ético alrededor de la idea del placer. Se apoyó en el antiguo hedonismo que buscaba el placer físico y evitaba el dolor físico. Según Bentham, las acciones más morales son aquellas que maximizan el placer y minimizan el dolor. Esto ha sido denominado a veces "cálculo utilitario". Una acción sería moral si produce la mayor cantidad de placer y la menor cantidad de dolor.
John Stuart Mill modificó esta filosofía y la desarrolló aparte del fundamento hedonista de Bentham. Mill usó el mismo cálculo utilitario, pero en cambio se centró en maximizar la felicidad general calculando el mayor bien para el mayor número. Mientras Bentham usó el cálculo en un sentido cuantitativo, Mill lo usó en un sentido cualitativo. Él creía, por ejemplo, que algunos placeres eran de una calidad superior a otros.
El utilitarismo ha sido aceptado por tantas personas simplemente porque parece tener mucho sentido y parece relativamente sencillo de aplicar. Sin embargo, cuando fue propuesto por primera vez, el fue una filosofía radical. Intentó establecer un sistema moral aparte de la revelación divina y la moral bíblica. El utilitarismo se centraba en los resultados antes que en las reglas. En última instancia, el enfoque en los resultados demolió las reglas.
En otras palabras, el utilitarismo proveyó una forma para que las personas vivieran vidas morales aparte de la Biblia y sus indicaciones. No había ninguna necesidad de apelar a la revelación divina. La razón, antes que la revelación, era suficiente para determinar la moral.
Bentham escribió: "La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Les corresponde sólo a ellos señalar lo que debemos hacer, así como determinar lo que haremos. Por un lado, la norma del bien y del mal, por el otro la cadena de causas y efectos, están sujetos al trono de ellos. Nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos; todo esfuerzo que hagamos para librarnos de nuestra sujeción servirá solo para demostrarla y confirmarla”
Bentham creía que el dolor y el placer no sólo explican nuestras acciones sino también ayudan a definir lo que es bueno y moral. Él creía que este fundamento podría brindar una base para la reforma social, legal y moral en la sociedad.
Es clave para su sistema ético el principio de utilidad. Es decir, ¿cuál es el mayor bien para el mayor número?
Bentham escribió: "El principio de utilidad significa aquel principio que aprueba o desaprueba cada una de las acciones según la tendencia que aparenta tener para aumentar o reducir la felicidad de la parte cuyo interés está en cuestión; o, lo que es lo mismo en otras palabras, para promover u oponerse a esa felicidad".
Mill modificó el utilitarismo de Bentham. Para el no todos los placeres son cualitativamente iguales. Se distinguen no solo por la cantidad sino también por la cualidad. Hay placeres inferiores y superiores, y el hombre debe buscar los superiores preferentemente. Además ha de intentar buscar el interés general y no sólo aquel que le satisfaga sólo a sí mismo. La felicidad individual está supeditada a la general.
“Debo repetir nuevamente que los detractores el utilitarismo raras veces le hacen justicia y reconocen que la felicidad que constituye el criterio utilitarista de lo que es correcto en una conducta no es la propia felicidad del agente, sino la de todos los afectados. Entre la felicidad personal del agente y la de los demás, el utilitarista obliga a aquél a ser tan estrictamente imparcial como un espectador desinteresado y benevolente. En la regla de oro de Jesús de Nazaret encontramos todo el espíritu de la ética de la utilidad. “Compórtate con los demás como quieras que los demás se comporten contigo” y “amar al prójimo como a ti mismo” . Como medio para alcanzar más aproximadamente este ideal, la utilidad recomendará, en primer término, que las leyes y organizaciones sociales armonicen en lo posible la felicidad o los intereses de cada individuo con los interesas del conjunto. En segundo lugar que la educación y la opinión pública, que tienen un poder tan grande en la formación humana, utilicen de tal modo este poder que establezcan en la mente de todo individuo una asociación indisoluble entre su propia felicidad y el bien del conjunto” Mill. El Utilitarismo
“Originariamente, el dinero no tiene más valor que el de las cosas que se compran con él; no se desea por sí mismo, sino por las cosas que permite adquirir. Sin embargo, el amor al dinero es no sólo una de las fuerzas motrices más importantes de la vida humana, sino que en muchos casos se desea por sí mismo; el deseo de poseerlo es, a menudo, tan fuerte como el deseo de usarlo […]
Puede entonces decirse con razón, que el dinero no se desea para conseguir un fin, sino como parte del fin. De ser un fin para la felicidad, se ha convertido en principal ingrediente de alguna concepción individual de la felicidad. Lo mismo puede decirse de la mayoría de los grandes objetivos de la vida humana (por ejemplo el poder o la fama); sólo que cada uno de éstos lleva unida cierta cantidad de placer inmediato […], cosa que no puede decirse del dinero. Más aún, el más fuerte atractivo natural del poder y de la fama consiste en la inmensa ayuda que prestan al logro de nuestros demás deseos.”
(J. S. Mill, El utilitarismo )